Manuel Castells, catedrático de la Universidad de Berkeley, acaba de publicar un interesante artículo sobre la calamidad social y política que se vive en Nueva Orleáns "El coloso norteamericano ha puesto en evidencia su bajo índice de desarrollo social", producto de la inundación por la ruptura de sus diques y desbordamiento de las aguas.
Hace tiempo que los expertos denunciaron que los envejecidos diques necesitaban reparación. En junio del 2002 el periódico local Times-Piscayune predijo que un huracán de nivel 3 inundaría la ciudad. En abril del 2001 un informe del Congreso identificó Nueva Orleans como zona potencialmente catastrófica y recomendó una modernización del sistema de diques. El proyecto fue rechazado porque costaba 14.000 millones de dólares (es el gasto de un mes en Irak). Además, ante las dificultades presupuestarias derivadas de la guerra, Bush ha recortado fondos civiles. En junio del 2005 redujo en 44% los fondos del Cuerpo de Ingenieros de Nueva Orleans de los que depende el mantenimiento del sistema de diques y drenaje.
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